martes, 5 de octubre de 2010

Resumen sobre el prólogo y el 2º capítulo de "El valor de educar" escrito por Fernando Savater

A continuación presento un resumen sobre el prólogo y el capítulo nº2 del libro de Fernando Savater “ El valor de educar”.

Hoy en día, cursar estudios orientados a la docencia, ya sean en educación primaria o secundaria, supone una previa etiqueta que tacha a la persona de incapaz para realizar estudios más técnicos y/o complejos. Ésta etiqueta que menciono no dispone de ningún fundamento coherente ya que cada niño que entra a la escuela necesita un profesional docente que pueda guiarle en sus aprendizajes y en su formación como persona y ser social. Gracias a la figura docente que se sitúa en las aulas de los colegios todo el mundo ha llegado hasta donde está hoy en día pues unos de los primeros y más importantes agentes socializadores son los maestros. Día a día se infravalora el trabajo de los docentes, el problema que existe es que no nos paramos a pensar en el valor que esta profesión requiere, todo el mundo puede enseñar algo a lo largo de su vida, pero no todo el mundo puede enseñar cualquier cosa. Es aquí donde entran estas personas, que se dedican a enseñar los conocimientos y las maneras básicas necesarios para desarrollar individuos de provecho, autosuficientes, con personalidad y pensamientos propios, con capacidades para vivir de forma digna. Esto, aunque fácil de explicar no es una tarea sencilla de realizar, todos hemos estado en el colegio y hemos podido comprobar que nuestros maestros no siempre conseguían lo que sus intenciones marcaban, de esta manera podemos decir que los maestros y docentes son personas optimistas, con ganas de (con su granito de arena) ayudar a cambiar el mundo, ayudar a esos niños, que ahora son plantas por regar, para que sanos y fuertes florezcan cuando llegue su momento.

En el capítulo 2 del libro, el autor hace referencia a la simple distinción que el escritor John Passmore hizo en su día sobre las capacidades a aprender. Las capacidades de las que se habla son las llamadas “abiertas” y “cerradas”, las capacidades cerradas serán aquellas que una persona puede mecanizar y en las que llega un momento en que se sabe todo lo necesario para llevarlas a cabo perfectamente. Por otro lado, encontramos las capacidades abiertas, aquellas en las que alguien no podrá especializarse nunca totalmente, pues tienen un campo tan grande de acción que siempre hay algo nuevo que aprender o investigar. Es por esto que el autor hace un gran hincapié en la necesidad de enseñar a aprender con el fin de siempre poder seguir ganando conocimientos.

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